Charlando ayer con un compañero de viaje más joven que yo, sobre la poca afición al vino de la gente más jóven, me argumentaba él que era debido a que no sabían nada de vinos y que en los sitios de copas no lo había.
Me vino a la memoria (después de recordarle que de whisky ni de ron sabían antes y que ahora exigían que si la marca tal o de tantos años y que el vino se aprendía igual) un sitio que se llamaba La Brujidera, bar de copas situado en la plaza de San Hipólito, en el mismo lugar dónde ahora está una excelente agencia de viajes.
Allí se juntaba media Córdoba y una de sus especialidades eran los vinos. Me he acordado ahora mismo de uno que tenía mucho éxito y que no lo he vueltoa tomar (se remediará en breve) y que se llamaba Clavileño.
El vino Clavileño era un vino joven, blanco, afrutado con ligero sabor a manzana y que al tomarse fresquito entraba muy bien.
Buscando por internet he encontrado la bodega que elabora este estupendo vino. Es la Bodega Cooperativa Los Pozos de Daimiel, Ciudad Real.